--- Cuidado, o te cortarás. Ya barrerán eso más tarde.-----
Vanessa se volvió para contemplar a una mujer rubia, no mucho mayor que ella, ojos color café y la sonrisa cálida..—Hola —saludó Vanessa, acercándose con curiosidad—. ¿Es usted actriz?
—Si, hasta donde yo se! —bromeo la simpatica rubia.
—¡Ah...! — dijo tímidamente vanessa ya que no sabia si reir o no. Los ojos de Vanessa se abrieron como platos al percatarse de que aquella mujer sólo podía ser Ashley Tisdale, la famosa actriz que había compartido cartel con el señor Efron en todo tipo de obras, desde comedias desenfadadas hasta tragedias. Aunque se decía que su marido, Jared Murillo, tenia mas que suficiente dinero para mantener a la mitad de Londres, se rumoreaba que a su mujer no le gustaba ser una mantenida.
—Miró a Vanessa intrigada—. Me ha parecido oír que le pedías empleo al señor Efron.
—Sí—reconoció ruborizada Vanessa, mientras se preguntaba qué más habría oído.
—Acompáñame al despacho... ¿Cómo te llamas?
—Vanessa Montez.
—Bueno, Vanessa, no eres el tipo de chica que suele venir al barrio de los teatros en busca de trabajo. Bien vestida, a todas luces educada.. ¿no te habrás escapado de casa, verdad?— pregunto Ashley.
Vanessa se sobresalto y agradeció que su acompañante no halla notado ese gesto por lo que solamente contesto:
—Oh, no —contestó Vanessa. No era exactamente una mentira, puesto que lo había hecho de la escuela, y no de casa, aunque no por ello dejó de sentirse incómoda por el engaño.—. Las circunstancias me han obligado a buscar trabajo donde sea... Y esperaba que pudiera ser aquí.
—¿Por qué en el Capital? —
-—Siempre me ha interesado el teatro y he oído y leído mucho sobre el Capital. En realidad, nunca he asistido a una obra.—
--¿Nunca? —
—Sólo a obras de aficionados en el colegio.
—¿Quieres ser actriz?-- Vanessa negó con la cabeza.
—Estoy convencida de que no tengo talento dramático y no me gustaría actuar delante de nadie. De sólo pensarlo me tiemblan las piernas.—
—Qué lástima —comentó Ashley—. Una chica con su cara sería un buen reclamo para el Capital.--.
Vanessa pestañeo sorprendida. Alguna que otra vez le habían dicho que tenia algo especial, pero nunca se imagino que podría llegar a ser considerados sus ojos color chocolate verdosos y su pelo negro como la noche. Su madre, Gina, siempre había dicho que la guapa de la familia era su hija mayor, Gabriella, mientras que la más inteligente era Stella. La más pequeña, o sea Vanessa, no destacaba por nada en particular.
Ashley hizo un gesto a Vanessa para que se sentara en una silla junto a ella.
—Dime qué sabes hacer y veré qué puedo hacer con el asunto de tu empleo…
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