lunes, 26 de julio de 2010

CAPITULO 20: Because You Are Mine

Ahhhhhh!!!!!me muero,ya salio el trailer,y mas fotos,hahaha,diganme si asi me pongo con las fotos y el trailer,QUE CARAJOS VA A PASAR CUANDO VEA LA PELICULA!!!!!hahaha,bueno como soy feliz subo cap disfrutenlo...

Zac salió del despacho decidido a encontrar a la chica de inmediato. Cuando entro al despacho de la señora Lyttleton ésta le pregunto.

—¿Qué puedo hacer por usted, señor Efron? —dijo la costurera con alegría—. ¿La camisa que se puso ayer noche todavía le queda corta de mangas? Si es necesario, volveré a alargarlas.
Zac no estaba para idioteces.
—Hay una chica nueva..., la señorita Montez. Quiero verla.
—Ah, esa preciosa chiquilla, ¿no? La he mandado a la parte de atrás con unas cestas de vestidos que han de lavarse de manera especial. La seda es demasiado delicada para secarla al aire de la ciudad, con todo ese hollín, así que se van a llevar al campo, donde los trajes se lavarán y secarán...
—Gracias —la interrumpió Zac, muy poco interesado en las complejidades de la lavandería—. Que tenga un buen día, señora Lyttleton.
--Después de llevar las cestas al carro de la lavandería —añadió la costurera—, tiene que llevarle a su oficina los bocetos de los vestidos para Ótelo.
—Gracias —dijo Zac entre dientes, sintiendo cierta irritación, cuando no alarma, ante la noticia de que Vanessa Montez fuera a visitar su despacho. Con los desastres que parecían ocurrir siempre que la chica se hallaba cerca, se daría por satisfecho si, durante el rato que llevaba ausente, el despacho no había quedado reducido a un montón de escombros.
Sin embargo, cuando llegó al pequeño cuarto que consideraba su territorio sagrado, lo encontró vacío... y considerablemente más limpio de lo que había estado en años. Los libros y los montones de papeles habían sido apilados con esmero, el polvo no cubría ya las estanterías y los muebles y su caótico y abarrotado escritorio aparecía ahora limpio y ordenado. Zac entró en el despacho y miró por todas partes desconcertado.
—¿Cómo demonios voy a encontrar algo ahora? —murmuró. Una mancha de color dentro del cuarto captó su atención: alguien había colocado una rosa roja en un vaso de agua encima de la mesa.
Sorprendido, Zac tocó la aterciopelada flor de invernadero.
—Es una oferta de paz —la voz de Vanessa surgió a sus espaldas. Efron se volvió y la vio asomada al marco de la puerta con una amistosa sonrisa—. Junto con la promesa de no volver a lastimarlo.
Perplejo y en silencio, Zac la miró. Las ansias de despedirla de inmediato se desvanecieron en sus labios. Hasta ese momento, había madurado la decisión sin el más mínimo atisbo de remordimiento, pero aquel rostro dulce y optimista le hizo sentirse claramente incómodo. Por otro lado, no podía despedirla sin quedar a ojos de los integrantes de la compañía como un ogro. Le asaltó la duda de si la chica era en verdad tan inocente como aparentaba o, si por el contrario, no era más que una astuta manipuladora. Sus grandes ojos castaños no le aportaron pista alguna.
Por primera vez, Zac se dio cuenta de que Vanessa Montez era bonita —mejor aún, hermosa—, que tenía unos rasgos delicados, una piel morena y una boca tan inocente como sensual. La figura, curvilínea y delicada, no carecía en absoluto de atractivo.
Zac se sentó en la silla y estudió a la chica con detenimiento.
—¿De dónde ha sacado esto? —preguntó señalando la rosa.
—Del mercado de flores, fui allí esta mañana.--
—No es un lugar seguro para que vaya sola, señorita Montez. Los ladrones y gitanos no tendrían ni para empezar con una señorita como usted.
—No tuve ningún problema, señor Efron —dijo con una reluciente sonrisa—. Es muy amable al preocuparse por mí.
—No estoy preocupado —replicó con rotundidad, mientras movia los dedos encima de la mesa—. Es sólo que he sido testigo de cómo parece acompañarle los problemas.
—No es cierto —protestó Vanessa sin resentimiento—. Diría que, hasta ahora, nunca le había causado problemas a nadie. He llevado una vida muy tranquila.
—Entonces, cuénteme por qué una chica aparentemente bien educada como usted busca trabajo en el teatro Capital.---
—Para estar cerca de usted…..

hahaha,weno hasta ahi llega mi inspiracion y para ke no digan que soy envidiosa les dejo el trailer
http://www.youtube.com/watch?v=V-TnFoRKtoM
weno yo me ovy voy a ver el trailer otra vez XD,haha,bye

jueves, 22 de julio de 2010

CAPITULO 19: Because You Are Mine


--La quiero fuera de aquí —murmuró, y abandonó el taller con paso decidido----
Se dirigió al despacho de Ash con la intención de dar rienda suelta a su enfado. La culpa de todo la tenía ella, por haber insistido en contratar a la chica. Así pues, la responsabilidad de despedirla recaía sobre Ashley. La encontró sentada en el escritorio, repasando concentrada la programación de la semana. Ash alzó la mirada hacia él y la sorpresa la hizo palidecer.
—Zac, ¿qué ha ocurrido? Parece como si te acabara de arrollar un auto.
—Peor aún. Acabo de tener otro encuentro con tu pequeña protegida.
—¿Vanessa? —preguntó Ash con el ceño fruncido por la preocupación—. ¿Qué ha ocurrido?
Le contó lo sucedido en la carpintería, pero en lugar de reaccionar con la preocupación y consternación que esperaba, Ash pareció encontrar la historia tremendamente divertida.
—Pobre Zac —dijo sonriendo—. No me extraña que estés de un humor de mil demonios. Bien, no puedes culpar a Nessa.
—¿No puedo? —preguntó Efron con acritud.
—Sólo es su primer día y le llevará algún tiempo familiarizarse con el entorno.
—Su primer día —replicó Zac— y el último. Ash, quiero que se vaya. Lo digo en serio.
—No entiendo por qué encuentras a Vanessa Montez tan desagradable. —Ash se apoyó en la silla con una expresión de curiosidad que enfureció a Zac.
—Es una chica inexperta, que no sabe nada sobre el teatro.
—Todos hemos sido inexpertos alguna vez —replicó Ash y le dedicó una mirada un tanto burlona—. Todos, excepto tú, claro, que debes de haber salido del seno materno sabiéndolo todo sobre el teatro...
—No pertenece a este mundo —la interrumpió Zac—. Ni siquiera tú puedes discutir ese detalle.
—Quizá no —admitió—, pero Vanessa es una jovencita dulce e inteligente que, sin duda alguna, se encuentra en algún tipo de apuro. Quiero ayudarla.
—La única manera de ayudarla es devolverla al sitio de donde procede.
—¿Y qué pasa si está huyendo de una situación de peligro? ¿No te preocupa por lo menos un poco? ¿Ni siquiera despierta tu curiosidad?
—No.
Ash suspiró con desesperación.
—Si no la dejamos trabajar aquí, quién sabe en qué circunstancias puede llegar a encontrarse. Si lo prefieres, le pagaré el sueldo de mi propio bolsillo.
—¡No dirigimos una casa de caridad, maldita sea!
—Necesito una ayudanta —digo Ash—, la necesito desde hace bastante tiempo, y Vanessa es justo lo que preciso. ¿Por qué te enerva tanto?
—Porque ella... —Zac cerró la boca de repente. El problema era que la chica le molestaba por razones que no alcanzaba a entender. Quizá fuera porque se mostraba ridiculamente franca y desprotegida... La antítesis de su propia naturaleza. Le hacía sentir incómodo porque le recordaba todo lo que no quería ser, todas aquellas cosas que, no sin esfuerzo, había cambiado de sí mismo. Sin embargo, no era su intención divertir a Ash con semejante información. A Ashley siempre le había fastidiado que dirigiera su vida y sus emociones con aparente facilidad.
—Zac —dijo Ash con impaciencia, desistiendo de leer sus pensamientos—, has de poder dar alguna explicación.
—El hecho de que sea una tonta patosa debería ser suficiente.-- A Ash se le desencajó la mandíbula por el asombro.
—¡Cualquiera puede tener un accidente ocasional! ¡No es típico de ti ser tan mezquino!
—He dicho que se va y no quiero hablar más sobre este asunto.

—Entonces serás tú quien la despida. Estoy segura de que se me atragantarían las palabras.
—Yo no tendré tal problema—aseguró Zac—. ¿Dónde está?
—La envié a ayudar a la señora Lyttleton con los vestidos —contestó con brusquedad Ash, dándole la espalda y poniéndose a revolver un montón de papeles que había sobre la mesa.
Zac salió del despacho decidido a encontrar a la chica de inmediato. Cuando entro al despacho de la señora Lyttleton…..


jueves, 15 de julio de 2010

CAPITULO 18: Because You Are Mine

—Entonces, lo harás —le aseguró Ashley—, a menos que el señor Efron pueda aducir una muy buena razón para lo contrario... Algo que, supongo, será bastante improbable…..

Zac, de pie en la parte trasera de la carpintería del teatro Capital, estudiaba con detenimiento la nueva escenografia.
—Nunca los habíamos hecho tan grandes —comentó a los dos carpinteros.
Zac alargó la ancha mano y agarró una de las vigas de madera para comprobar su solidez.
—Sería mejor que engancharas el bastidor trasero a un listón de madera y lo atornillaras al suelo. No quiero correr el riesgo de que caiga sobre alguien. Es una pieza tremendamente pesada.
Apartándose de los bastidores dobles, Zac se tiró del flequillo con mirada ausente.
—Veamos cómo cae el primero —dijo.
—Muy bien, señor Efron —contestó el ayudante con cierto recelo—. Aunque debo advertirle que todavía no he probado el mecanismo.
—Ahora es tan buen momento como cualquier otro.
—Bajen el delantero —ordenó Robbie, y los ayudantes empezaron a dejar caer el primer decorado.
Por el rabillo del ojo, Zac vio entrar a alguien en el taller. Se trataba de una chica delgada, que llevaba consigo una escoba, un recogedor y un sacudidor del polvo hecho de tiras de trapo. «La chica nueva», se dijo Zac con una punzada de irritación. Vanessa no parecía haberse dado cuenta de la demostración que se estaba llevando a cabo... y se dirigía di¬rectamente hacia el lugar donde habría de caer la pesada escenografia.
—¡Cuidado, imbécil! —exclamó Zac con brusquedad. Vanessa se detuvo y se lo quedó mirando, aturdida, con ojos de cervatillo, mientras la estructura de madera se desplomaba sobre ella.
De inmediato, Zac se abalanzó hacia delante, la agarró y se giró para protegerla con su cuerpo. El pesado bastidor cayó sobre el hombro herido del actor, provocándole un dolor tan intenso que le hizo tambalearse y blasfemar.
Durante un momento se quedó sin respiración; como buenamente pudo, consiguió no perder el equilibrio. Apenas se dio cuenta de que Robbie y los otros salían disparados para levantar y retirar el bastidor, mientras la chica se apartaba de él.
—Señor Efron —preguntó confundida—, ¿está usted bien? Lo siento muchísimo.

Zac sacudió ligeramente la cabeza, la cara blanca, intentando por todos los medios reprimir una irrefrenable náusea; no tenía la intención de pasar la vergüenza de echar a perder el almuerzo en mitad de la carpintería. Siempre consciente de su imagen de autoridad, nunca se ponía enfermo ni mostraba debilidad o indecisión ante sus empleados.
—¡Dios mío, su hombro! —exclamó Vanessa sin poder apartar la mirada de la camisa del actor, donde empezaban a aparecer algunas manchas de sangre a causa de la abertura de la herida—. ¿Puedo hacer algo?
—Sí... alejarse de mí —murmuró Zac una vez ganada la batalla contra la náusea. Tras una profunda y revitalizadora bocanada de aire, añadió—: ¿Qué demonios hace aquí?
—Venía a barrer las virutas y trozos de madera y a limpiar las herramientas de los carpinteros y... ¿hay algo que quiera que haga, señor?
—¡Fuera! —vociferó Zac con el ceño fruncido y el rostro endurecido—. ¡Antes de que la estrangule!
—Sí, señor —contestó, sumisa,
Vanessa.
Con toda probabilidad, cualquier otra chica en su situación habría roto a llorar. Aunque a regañadientes, Zac no tuvo más remedio que reconocer su entereza. En el Capital, todo el mundo temía sus arranques de furia, e incluso Ash le evitaba cuando estaba de un humor de perros.
Vanessa lanzó una mirada de disculpa hacia Robbie.
—Lo siento señor Cleary. Volveré más tarde para barrer.
—No te preocupes, muchacha. —El carpintero jefe esperó a que Vanessa se fuera antes de volverse hacia Zac—. Señor Efron —dijo a modo de reproche—, estoy seguro de que no era necesario hablar a la muchacha de esa forma. Sólo intentaba ayudar.

—Es un desastre con patas.
—Pero señor Efron —terció Jeff, el aprendiz—, Nessa sólo parece tener accidentes cuando usted está cerca. El resto del tiempo lo hace todo muy bien.
—No me importa. —Zac mantenía la mano sobre el hombro, que le ardía como el fuego. Le dolía la cabeza; parecía estar a punto de estallarle—. La quiero fuera de aquí —murmuró, y abandonó el taller con paso decidido…..

lunes, 12 de julio de 2010

CAPITULO 17: Because You Are Mine

Hola!!!!,haha,bien bien,se que estuve ausente muxo time,pero esk me enferme y estuve internada =(,pero weno,eso me dio mas inspiracion,y aki les va el cap,=D,hahaha,weno dejo de habler y pongo el cap,perdon por la hora

No le cupo duda alguna de que aquélla no era la vía adecuada para seducir a un hombre…

¿Por qué no le gustaba? Siempre le había resultado fácil hacer amigos, supuso que no era el tipo de mujer que prefería el Efron. ¿Le sería muy difícil cambiar sus sentimientos hacia ella? ¿Y cuánto tiempo le llevaría? Preocupada, se quedó mirando hacia las ensombrecidas bambalinas, donde los actores esperaban pacientemente entre los decorados móviles.
Se alzó el telón, y la historia de los jóvenes y atribulados amantes se reanudó. Prueba innegable del talento del señor Efron fue que, excepto el personaje que interpretaba, de la mente de Vanessa desapareció todo.
Después de una serie de intrincados giros arguméntales, el villano terminaba por darse cuenta de que, aun cuando lograra casarse con la bella muchacha, jamás conquistaría su amor. Tras adoptar el papel de benefactor anónimo, ayudaba a la pareja a fugarse sin dejar que supieran jamás que había sido el único responsable de su felicidad. Zachary interpretaba al personaje sin un atisbo de autocompasión y sin perder en ningún momento la máscara de cinismo. Aunque, de alguna manera, su estricto au-tocontrol hacía saber al público que su corazón estaba roto. El final de la obra era convenientemente agridulce.
El teatro estalló en gritos atronadores y aplausos de entusiasmo que duraron hasta que los actores volvieron al escenario para recibir el merecido tributo. La mayor parte de los vítores iba dirigida a Zac, que aceptó con una sonrisa y con una serie de reverencias apenas perceptibles. Tras anunciarse el programa de la noche siguiente, el telón cayó por última vez a pesar de los insistentes clamores de la concurrencia.
Vanessa tuvo buen cuidado de escabullirse antes de que el señor Efron la vea de nuevo. Alcanzó a ver su cabeza morena entre bambalinas, en el momento en que una muchedumbre de admiradores lo rodeaba. Todos querían estar cerca de él. Con un suspiro, Vanessa se dirigió al despacho..
—¿Has disfrutado de la obra, Vanessa? Alzó la vista para ver a la Ashley Tisdale.
—¡Ah, ha sido la mejor experiencia de mi vida! —contestó tras una breve lucha por encontrar las palabras adecuadas.
—¡Dios mío! —dijo Ashley, riendo por el entusiasmo de su protegida.
—No es de extrañar que digan que el señor Efron es una leyenda viva. El... él —Vanessa se detuvo sin saber cómo describir la actuación de Efron.
—Sí, ya lo sé —contestó la rubia, todavía con una sonrisa en los labios. La euforia de Vanessa se desvaneció de repente.
—Me temo que esta noche el señor Efron me ha visto entre bastidores. Sigue sin aceptarme. Lo dejó muy claro.-- Ash arqueó las cejas sorprendida.
—Es muy raro en él. Nunca ha discrepado conmigo por la gente que he contratado. No comprendo el motivo... —Dejó de hablar y se quedó mirando atentamente a Vanessa con expresión de perplejidad—. No te preocupes, querida. Mañana por la mañana, antes del ensayo, me reuniré con él y todo se arreglará.
—Espero que sí —dijo Vanessa. Tras una pausa, añadió—: Deseo con toda mi alma trabajar en el Capital.
—Entonces, lo harás —le aseguró Ashley—, a menos que el señor Efron pueda aducir una muy buena razón para lo contrario... Algo que, supongo, será bastante improbable….

martes, 6 de julio de 2010

CAPITULO 16: Because You Are Mine


--Ash tiene un corazón muy blando —la interrumpió—, y usted se ha aprovechado de ella. Yo no soy tan fácil de manipular.—finalizo Efron..

—No he manipulado a nadie —protestó Vanessa. En ese momento llegó un asistente portando una camisa limpia de lino blanco y un chaleco, para ayudar a cambiarse a Zac para el segundo acto.
—George —saludó Efron de manera cortante al tiempo que se desabrochaba la camisa mojada. Quedaban pocos minutos para que comenzara el segundo acto.
Hasta ese momento, Vanessa jamás había visto desnudarse a un hombre. A medida que se soltaban los botones, iba surgiendo una brillante musculatura. Conmocionada, se acercó a la puerta.
—Señor Efron... creo que debería irme ahora.--
—¿Va a abandonar el Capital? —inquirió con frialdad, mientras te minaba de quitarse la camisa arrugada.
Vanessa bajó la mirada con precipitación, aunque la imagen de aquel pecho amplio y desnudo ardía en su cerebro.
—Si Ashley me lo autoriza, me quedaré.
—Entonces quédese si quiere, pero pagará por ello. Voy a convertir su vida en un infierno. ¿Ha entendido?
—Sí, señor Efron —susurró Vanessa, huyendo del camerino a toda prisa justo en el momento en que Efron empezaba a desabrocharse los pantalones.
Cuando la puerta se cerró, Zac se detuvo y deseó con firmeza que se desvaneciera aquella furiosa excitación sexual. Cuando termino de cambiarse George interrumpió sus pensamientos,
—¿Necesitará algo más el señor? —murmuró.
Un balde de agua helada no habría venido mal, por no hablar de un buen trago, pero Zac meneó la cabeza y, dándose la vuelta, continuó preparándose. Con la mirada fija en el espejo, Zac suspiró intentando concentrarse en el trabajo que tenía por delante... Pero su mente al completo estaba ocupada por la muchacha: Vanessa. ¿Quién era y por qué maldita razón quería trabajar en el Capital? A todas luces era una chica demasiado distinguida para un sitio así, lo suyo no era mezclarse con la complicada gente del teatro. ¿En qué había pensado Ash al contratarla? Le habría encantado poder abordar a su codirectora y arrancarle una explicación, pero no quedaba tiempo. Tenía que acabar la representación, y nada había más importante que darle al público del Capital exactamente lo que quería.
-------
Como pudo, Vanessa volvió a su privilegiado lugar detrás del telón. Colocó sus ardientes mejillas sin duda, teñidas de un carmesí entre las manos. ¿Se había equivocado al insistir en permanecer en el Capital pese a la desaprobación del señor Efron? No le cupo duda alguna de que aquélla no era la vía adecuada para seducir a un hombre.

lunes, 5 de julio de 2010

CAPITULO 15: Because You Are Mine


Era el señor Efron…

El brillo de la transpiración hacía resaltar cada ángulo del rostro del actor. Aunque el color de los ojos estaba envuelto en sombras, el resplandor de una creciente furia resultó inconfundible.
—¿Usted...? —dijo—. ¿Qué car*ajo está haciendo en mi teatro?--- la morena se quedo petrificada por la agresividad del joven. La sorpresa hizo que respondiera con lentitud.
—Señor Efron... Por lo que veo, su amiga todavía no le ha hablado de mí.
—Le dije que aquí no había nada para usted.
—Sí, señor, pero Ashley no estaba de acuerdo. Me ha contratado como su ayudante.
—Está despedida —dijo con brusquedad, al tiempo que se inclinaba hacía delante, alzándose imponente sobre ella.
Vanessa podía oler el sudor de la piel y la humedad de la camisa de lino del actor, algo que no le desagradó en absoluto... Es más, le resultó fascinante. Efron hacía que todos los demás hombres que había conocido en su vida parecieran blandos e insulsos.
—No, señor —contestó, sin apenas creer que fuera capaz de contradecirlo. Se produjo un breve silencio.
—¿No? —repitió Efron con un hilo de voz, como si jamás hubiera escuchado semejante réplica.
---Ashley me ha dicho que yo le iba aser muy util, y que si usted se oponía acudiera a ella.—
De la garganta del actor brotó una desagradable risotada.
_-Eso ha dicho? Me gustaría saber a quién pertenece este maldito teatro. Acompáñeme. —Y la agarró del brazo con dureza. Una jadeante Vanessa fue empujada hacia el camerino del actor, mientras sus oídos no hacían mas que escuchar maldiciones.
--- Emmm... le agradecería que no utilizara semejantes palabras en mi presencia.--- dijo ella tímidamente.
—Entra en mi teatro sin que la inviten, me persigue suplicando un empleo... ¿y ahora me da una leccion de modales?
La puerta se cerró con fuerza y se quedaron de pie mirándose fijamente a los ojos; él con furia evidente, ella con callada obstinación. Vanessa no iba a permitir que la despidiera…
—Nunca hubiera imaginado que tras un hombre como usted se escondiera semejantes palabrotas—dijo Vanessa evitando la mirada de Zac. El abrió la boca para contestar, pero se limitó a murmurar algo.
Vanessa levanto la mirada del suelo para poder observarlo mejor, en la pequeña y bien iluminada habitación todos los detalles de la cara del actor aparecían llenos de vitalidad. La tez broncínea hacía innecesario el maquillaje, su mirada era tan penetrante que casi resultaba doloroso mantenerla, y su amplia mandíbula tenía la consistencia del granito. Ella se detuvo en sus labios preguntándose como seria besarlo. Pero la profunda voz del actor la devolvió a la realidad.
—Ha cometido un error, señorita Montez. Aquí no hay sitio para usted.
—Señor Efron, si sigue enfadado por mi torpeza de esta mañana, me disculpo por ello. De ahora en adelante seré muy cuidadosa. ¿No me dará otra oportunidad?
Lo que enfurecía a Zac era su forma de reaccionar ante ella. El recuerdo de la muchacha le había perseguido todo el día. La figura de aquella mujer habría podido derretir su glaciar, pero a Zac sólo le sirvió para reafirmarse en su resolución.
--- No tiene nada que ver con lo de esta mañana —dijo con brusque-- Lo único cierto es que aquí no hace falta.--
—Pero Ashley me dijo que había muchas cosas que hacer. Podría yudar con... el vestuario, la biblioteca del teatro...--
--Ash tiene un corazón muy blando —la interrumpió—, y usted se ha aprovechado de ella. Yo no soy tan fácil de manipular.—finalizo Efron..

sábado, 3 de julio de 2010

CAPITULO 14: Because You Are Mine


Esa noche sólo tenía una cosa que hacer: ver la primera representación teatral en Londres de Zachary David Alexander Efron.

Cuando llego al lugar, Ashley Tisdale le buscó un lugar entre basti¬dores desde donde poder ver la obra.
—Aquí estaras bien —dijo—. Sólo asegúrate de que nadie tropieze con tigo hoy, no te agradara te lo aseguro.--- la rubia sonrio y luego se marcho.
Obediente, Vanessa se acurrucó en un lateral, comprobando que, aunque desde un ángulo extraño, podía ver la mayor parte de lo que ocurría en el escenario. La obra se desarrollo medianamente bien hasta que Vanessa muy concentrada en la actuación de los jóvenes dio un respingo al darse cuenta que se sentía identificada con la protagonista, una ingenua jovencita a la que impiden casarse con el amor de su infancia y a la que, a cambio, se la promete en matrimonio con un hombre malvado que se niega a entregarla a los brazos de su auténtico amor. Para sorpresa de Vanessa, Zachary Efron no fue el elegido para interpretar al verdadero amor de la chica, sino que debía interpretar al villano de la obra. Cuando, entró en escena, un estremecimiento electrizante se apoderó del público. Al igual que el resto de los espectadores, Vanessa quedó fascinada por el aire amenazador del personaje. Quería la chica para él y ni siquiera el hecho de que ella amara a otro le impediría alcanzar su propósito. Con cada minuto transcurrido la morena no podía evitar quedar más fascinada con aquel hombre corpulento de una belleza absoluta. Cada vez que Efron hablaba, su respiración se cortaba.
—¿Qué pasa al final? —Vanessa no pudo evitar preguntarle en un susurro a un hombre que se había detenido a su lado—. ¿Consigue casarse el señor Efron con ella o la deja marchar con el otro hombre?—éste sonrio satisfecho al ver la fascinación en el rostro de la muchacha.
--- No puedo decírtelo —contestó—. Ni loco te estropearía el final.—
Antes de que tuviera ocasión de suplicarle, terminó el primer acto y llegó el intermedio. Vanessa se echó a un lado cuando cayó el telón. Un grupo de bailarines entró en el escenario para entretener al público hasta que empezara la segunda parte de la obra. Invadida por la melancolía, Vanessa esperó en la penumbra, escondida tras la abertura en la cortina de terciopelo. El momento de la reanudación se le hizo eterno sintió que un ormigueo de felicidad recorría su cuerpo. No había ningún otro lugar en el mundo en el que deseara estar más que allí.
Una gran forma negra pasó a su lado, era un hombre que venía a grandes zancadas desde el escenario, rumbo a los camerinos. Al llegar a su altura, los hombros de ambos se rozaron y el hombre redujo el paso. Se detuvo y levantó la mano hasta el punto donde se habían tocado. Lentamente, se volvió para mirarla. Los ojos de ambos se encontraron, y Vanessa sintió una punzada de inquietud en la boca del estómago. Era el señor Efron…

viernes, 2 de julio de 2010

CAPITULO 13: Because You Are Mine


El viaje fue corto pero silencioso, ya que no tenían mucha confianza mutuamente como para ya habar de sus vidas….Al llegar, Le enseñó el interior del departamento sin dejar de lado un solo detalle. Vanessa admiraba la cantidad de fotografías que había en el departamento de Chad, en mas de una aparecia con Zachary. Luego del recorrido el rubio la condujo hacia el living, donde le indico que se sentara.

--Bueno, ya recorriste mi casa, y prácticamente viste todas las fotos que jure que nunca le mostraría a una chica—bromeo y Vanessa rio—ahora tenes que contarme algo de vos—replico.
—Ah —dijo el muchacho mirando la cara de Vanessa—, ya veo que no quieres hablar de tu pasado. Bueno, encontraremos otros temas de conversación.
--Gracias señor Michael—
--Oh dios!—Vanessa se sobresalto—No me digas asi! Prácticamente tengo tu misma edad, un par de años mas diría yo.. a propósito, que edad tiene?—
--18—
-- bueno tengo exactamente 4 años mas que vos Ness, asi que no me tutees! Jaja, puedo llamarte Ness? Es que ecuche a Ash llamarte Nessa y me pareció que yo podría llam..
--no hay problema—lo interrumpió vanessa con una sonrisa.
--Perfecto!..—
Luego de unos incomodos minutos en silencio, Vanessa decidió romperlo..
--Sera mejor que valla a deshacer mi equipaje—
--Si si mejor, hasta luego Ness—
--Adios—dicho esto vanessa se apresuro a lo que seria su habitación, estaba nerviosa porque tenia que deshacer su valija vestirse bastante elegante y partir hacia el teatro para poder ver a Zac Efron actuar. Por lo tanto decidió que se iba a poner un vestido negro, bastante cortito, con una faja violeta a la altura de la cintura y junto con unos tacones. Decidio que seria mejor dejarse suelto el pelo, asi podría seducirlo mas al actor. Cuando termino no se sentía muy comoda debido a la altura, no estaba acostumbrada a usar tacos. Por lo tanto se miro una ultima vez en el espejo y salió de la habitación.decidida se dirigió a la puerta de entrada, esa noche sólo tenía una cosa que hacer: ver la primera representación teatral en Londres de Zachary David Alexander Efron.