_¿Qué te pasa, Vanessa? —preguntó Monique preocupada, mientras le retiraba el grabado de las manos—. Te has puesto blanca de repente, y tienes una expresión tan rara...
_Sólo es cansancio —dijo Vanessa con una forzada sonrisa. Quería estar sola, necesitaba tiempo para pensar—. Ha sido un fin de semana de mucha tensión. Quizá, si descansara un rato...
—Por supuesto. Vamos, chicas... Seguiremos la reunión en la habitación de otra. —Considerada, Monique hizo salir a las muchachas y, antes de cerrar la puerta, se detuvo—. Vanessa, ¿necesitas algo?
—No, gracias.
—Me doy cuenta de que haber visto a lord Black este fin de semana ha sido una dura prueba. ¡Ojalá pudiera ayudarte de alguna manera!
—Ya lo has hecho, Monique. —Vanessa se tumbó de costado y encogió las piernas hasta el pecho. Los pensamientos se agolpaban en su mente y apenas se percató de la silenciosa salida de su amiga.
Zachary Efron... Un hombre cuyo apetito por las mujeres era casi tan legendario como su talento como actor.
Cuantas más vueltas le dio a su dilema, más se fue convenciendo de que la solución se encontraba en Efron. Lo utilizaría para para que lord Black no le quedara otro remedio que cancelar el compromiso.
Había decidido que tendría una aventura con Zachary Efron. Sacrificar su virginidad resolvería todos los problemas. Si el precio a pagar era tener que ser apuntada con el dedo cada vez que pasaba. Cualquier cosa era preferible a convertirse en la esposa de Black.
Falsificaría una nota de su familia, en la que se solicitaría que volviera del internado un semestre antes. Durante las próximas semanas, sus padres darían por sentado que estaba a salvo en la escuela, en tanto que la señora Allbright pensaría que había vuelto a casa. De este modo, le dejarían las manos libres para llevar a cabo su plan.
Iría al teatro Capital y se presentaría al señor Efron. Vanessa esperaba que el problema tuviera una rápida solución. De todos es conocido que los hombres, por honorables que parezcan, desean seducir a las lindas joven-
Y un hombre con la reputación de Efron no habría de mostrar, en materia de pecado y disipación, ningún atisbo de duda.
Lord Black la despreciaría y así se libraría, de una vez por todas, de sus atenciones. El método escogido no sería fácil ni placentero, pero no cabía otra posibilidad.
«Al menos —pensó con sombría determinación—, escogería su destino antes de que éste la manejara a su antojo.»
Vanessa, cansada por el largo viaje, se detuvo frente a la enorme puerta trasera del teatro Capital. Atravesar Londres sola había supuesto una experiencia aterradora, a la par que excitante. El ruido de los autos deportivos, motos, y ómnibus la habían dejado medio despistada. De lo único que se arrepentía era de haber empeñado ese hermoso anillo, pero no tenia caso igual le quedaba enorme. Vanessa se pregunto si había pertenecido a algún mamut antepasado de lord Black, porque por el tamaño no podía ser de un humano.
Por suerte nadie se le había acercado, eso era de esperarse ya que parecía de luto al estar vestida toda de negro. Ahora, tras haber llegado al Capital, su aventura estaba a punto de empezar…
Vanessa la traviesa!
Dios espero que les este gustando!
Ya falta poco para que aparesca el dios de los dioses!!
ahhh
ResponderEliminarq pasara con
nessa que iap
se encuentre con
efron jejejeje
siguela
siguela!!!
bye
jajaja
ResponderEliminarme muero por el proximo capo
jaja wneo me voe
cdt tkm
paste por las ´mias