miércoles, 27 de abril de 2011

CAPITULO 34: Because You Are Mine


Jajajaja pobres,andan todas sudadas,y mi nessi con cara de "uff uff y recontra uff,estoy agotadisima" jajaja pero simpre hermosa,jajajaja,bueno como escuche una cancion que me gusto mucho pues ahora les subo capitulo,jaja bueno por eso y por que ya casi regreso a la escuela,que mal,pero no importa,ja!mejor ya dejo de cacarear y quiu!



—Muy bien —dijo, deteniéndose en el umbral—. Dejaré el Capital cuando usted quiera. No es necesario que se moleste en buscarme otra colocación, soy perfectamente capaz de encontrar algo por mí misma. —Y salió sin darle tiempo a contestar……
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Zac se dirigió con lentitud hacia la puerta y, con las manos colocadas en los paneles superiores, apoyó la frente sobre la fría madera y emitió un sordo gemido.
«Una noche con usted...» Habría dado toda su fortuna por ello. Jamás había conocido nada tan exquisito como la sensación de tenerla entre los brazos, ni como la intrépida vulnerabilidad que lo había acogido y atraído hasta llevarlo al borde del desmoronamiento. Pero no podía consentirlo, no podía dejar que nadie arrancara de cuajo lo que le quedaba de corazón. Nessa se marcharía pronto. Confió en que tal pensamiento lo aliviara, pero no fue así.
Abrió la puerta de golpe y se dirigió a su despacho haciendo caso omiso de las curiosas miradas que, a su paso, le lanzaba el personal del teatro. Se encerró en el pequeño cuarto y revolvió en el escritorio hasta dar con una botella del mejor whisky escocés. Se sentó, dio un trago directamente de la botella, y dejó que el gusto sutil a humo y turba se mantuviera en su lengua. Otro trago, y la garganta se vio inundada por una agradable sensación de bienestar... Que, no obstante, fue incapaz de derretir el bloque de hielo que anidaba en su pecho. Zac bebió con calma, los pies en el borde del escritorio, en aquel momento de su vida, se había imaginado invulnerable. En realidad, no dejaba de tener su gracia que una mujer tan menuda pudiera sembrar semejante confusión en su interior.
Quizá se debiera a que Nessa suponía un caso único en su experiencia. Sin duda, estaba muy lejos de aquellas mujeres de la alta sociedad que no perdían oportunidad de mostrarle que eran superiores, incluso cuando le pasaban discretas notas citándole para románticos encuentros.
Y luego estaban aquellas criaturas que detestaba por encima de todo... Las hijas de la alta sociedad, cuyo único objetivo en la vida era casarse y traer al mundo más miembros de su especie. No era suficientemente bueno para ellas, carecía de familia o título y el dinero en sí no era suficiente.
Si hubiera deseado a una de aquellas privilegiadas jovencitas, la familia le habría aclarado que albergaban planes más atractivos para su hija. La mera visión de una de aquellas vírgenes custodiadas vestidas de blanco en un baile bastaba para recordarle que, con independencia de cuan grandes hubieran sido sus logros, siempre habría cosas que no podría tener. Jamás sería aceptado del todo. Fuera del teatro, no pertenecía a ningún lugar.
Vanessa Montez parecía igualmente fuera de lugar. Era demasiado afectuosa y natural para ser una dama de la alta sociedad, y demasiado idealista para ser una cortesana. Sin duda estaba destinada a ser la esposa de alguien, pero Zac no podía imaginarse a un hombre digno de ella. Nessa necesitaba a alguien que la cuidara sin aplastar su espíritu, que pudiera amarla con la misma intensidad con que sería correspondido.
Y Zac se veía incapaz de todo eso. No estaba preparado para una relación así, habiendo aprendido, desde muy joven, a despreciar las palabras «hogar» y «familia». Si había podido sobrevivir, había sido gracias a ser tan insensible como el hombre que lo había engendrado.
Años de palizas y abusos le enseñaron a ser un consumado mentiroso. Su padre, David Efron, siempre se entregaba a la violencia sumido en furiosas borracheras...
Luego estaba su madre, tan dulce y buena como parecía, nunca impedía que a su hijo le pegaran de todas la maneras posibles. Zac se preguntó por qué su madre no le había consolado ni aliviado de las heridas con sus besos maternales. Concluyó que la desesperada determinación de la mujer de mantener la paz del hogar la había privado del tiempo necesario para prestarle alguna atención. Hacía mucho tiempo que había dejado de desear la ternura de una mujer... y no necesitaba ni consuelo ni cuidados. Las mujeres existían para disfrutar y luego quitárselas de encima, pero nunca para confiar en ellas, nunca para necesitarlas.
Al dia siguiente la morena sentía el dolor del rechazo estaba demasiado fresco, pero sin embargo, Se vistió y se peinó, y consiguió salir antes de que la señora Florence se levantara y tomó un taxi hasta el teatro. La compañía parecía inusitadamente deslucida. En las salas de ensayo y los talleres reinaba un silencio mayor que el habitual. Tras enterarse de que el ensayo de la mañana se había suspendido, se dirigió a la sastrería, donde la señora Lyttleton la reclutó sin pérdida de tiempo.
—Parece que media compañía está enferma —dijo sin resuello la robusta mujer, extrayendo destellos de la aguja mientras hilvanaba una costura—. Media docena ha enviado recado de que no vendrá, pero mi trabajo tiene que seguir adelante como de costumbre, y prácticamente no tengo ayuda.
Vanessa trabajó en la sastrería la mayor parte de la mañana, agradecida por el temporal aplazamiento del momento en el que tendría que encontrarse conEfron. Sólo cuando la señora Lyttleton la envió a recoger los bocetos de unos vestidos al despacho de Ashley, Vanessa se aventuró a regañadientes por el edificio principal del teatro. Ya cerca del despacho, oyó una voz masculina desconocida, que se mezclaba con el timbre claro y ligero de Ashley. Vanessa se detuvo justo en la puerta, reacia a irrumpir en la estancia.
—Ya es suficiente —parecía haber dicho el hombre—. Te dije que permanecieras alejada de este maldito teatro……
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Ohhhhh!quien sera el hombre misterioso....jaja y ni se imaginan lo que viene muahahahaha!!

miércoles, 13 de abril de 2011

Lo siento pero dejo la novela,no hay vuelta atras!

Chicas lo siento mucho,pero no podre seguir con la novela ya
T_______________T
los motivos,la escuela,los cursos de actuacion,canto,baile,danza arabe....
no es cierto XD!jajajajajaja
Jamas dejaria esta novela,pero la que si dejo es la de When I Look At You,para quienes la leian lamento decirlo pero ya no seguire con esa nove,motivos,falta de inspiracion y solo fue una novela que escribi porque se me metio la locura de hacer asi que realmente nunca fue por interes,lo siento,o tal vez no,ja!pero eso si tal vez publique luego otra nove,pero ya se vera,bueno solo era para decir eso
ahhh! y se me olvidaba,pasen por esta nove:
http://underneeath-the-surface.blogspot.com
no es mia,es de una niña o chava jaja!esta buena pasense

to be continue.....

hay esa jalada!jajaja!
ahora si baii baii

domingo, 10 de abril de 2011

CAPITULO 33: Because You Are Mine

Hola!jaja ya ando por aca otra vez pues ya saben no? la inspiracion la inspiracion,bueno en realidad estoy feliz porque acabo de regresar de ver Sucker Punch:Mundo Surreal y la verdad verdadera de las verdades es que me encanto,aunque al principio erea mucha musica pero esta genial!!wiiiii,este capitulo va dedicado para ustedes porque,pues por el puro antojo jajaja bueno dejo de andar de chahcalaca y quiu!

Ella respondió a su petición abriendo más la boca, introduciéndolo más, mientras sus lenguas se saboreaban, acariciaban, fusionaban y retiraban, para volver a comenzar…….
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Las manos de Zac descendieron por la espalda de la chica, y a punto estuvieron de rasgar la tela del vestido. Vanessa no pudo evitar que su deseo creciera, que se amoldara al de él, y separó las piernas ante la inexorable intromisión del muslo del actor. Lo rodeó con sus brazos y cerró las manos sobre los tensos músculos de la espalda. Es lo que había querido, con lo que había soñado, e incluso resultaba más dulce de lo que había imaginado. La boca generosa y erótica de Zac, la presión que ejercía su cuerpo, le inundaron con una deliciosa y vertiginosa debilidad.
Zac separó los labios y jadeó con violencia en el oído de la chica. Agarrándola del pelo, le empujó la cabeza a un lado y apretó los labios contra su cuello. Encontró un punto sensible en un lado de la nuca, lo besó y mordió con suavidad hasta que Vanessa gimoteó de placer. Ella sintió un desesperado vacío interior; deseaba algo... algo...
El actor tiró de las mangas de su vestido, tensando la tela hasta que saltaron las costuras y su pecho desnudo quedó al descubierto. A Vanessa se le cortó la respiración cuando Zac ahuecó las manos sobre el suave volumen de los senos, rozando los pezones con los dedos, tirando con suavidad hasta que se tensaron con dolor. El cuerpo de la muchacha temblaba sin control y se apoyó contra él.
—Cariño —le susurró Zac, sujetándola con firmeza—. Cariño, no temas.
La reclinó en sus brazos, Vanessa sintió los labios del actor deslizarse por su pecho, cerrarse sobre el excitado pezón y, con movimientos circulares de lengua, endurecerlo aún más, demostrando de que sabía muy bien cómo complacerla. De improviso, el señor Efron retiró la boca del pecho y soltó a la chica. Atónita por la brusca liberación, Vanessa se le quedó mirando en asombrado silencio. Alzó las manos para cubrir su desnudez y se apartó de él, poniéndose el vestido con torpeza. La violencia con que le temblaban los dedos hacía imposible la tarea. Luchó con la ropa hasta que, una vez más, sintió sobre ella las manos de Zac que, con suavidad, colocaban las mangas y el corpino en su sitio.
En cuanto la hubo tapado debidamente, se retiró al otro extremo de la pequeña habitación, se atusó el pelo y dejó escapar un explosivo suspiro. No habló hasta pasado un buen rato, manteniendo la mirada lejos de Nessa.
—Ness, no era mi intención... acercarme a ti de esta manera. Es sólo que yo... —Se detuvo con una sombría sonrisa—. Parece que no me puedo contener.—Vanessa entrelazó las manos.
--Zac. – contestó con dificultad—. No lamento que me haya besado.
Al oír estas palabras, se volvió; sus ojos parecían de fuego azul. Se acercó hasta ella en tres zancadas y atrapó su cara entre las manos.
—Ness—susurró. Le acercó los labios a la curva de la mejilla y, con suavidad, le retiró el pelo de la cara, enredando los dedos en los rizos de seda—. Ojalá no te deseara con tanta desesperación.—El corazón de la chica dio un brinco de placer al oír aquello.
—Zac..—
—Escúchame, Ness—La soltó y retrocedió—. No voy a hacer el amor contigo, no importa lo mucho que te desee. Luego me odiarías y, muy probablemente, me odiaría a mí mismo.
—Jamás podría odiarte.—Zac sonrió con ironía.
—¿No? ¿Ni siquiera después de que te hubiera robado la inocencia? Cualquier relación conmigo te cambiaría, y no para mejor.
—Estoy deseando asumir ese riesgo.
—No lo entiendes. —Su boca se torció en una mueca de amargura—. Utilizo a las mujeres para obtener placer físico, nada más. Una vez que he descubierto todo lo que una amante puede ofrecerme, no pasa mucho tiempo antes de que empiece a aburrirme y me busque otra. No durarías mucho en mi dormitorio.
—¿No se ha enamorado nunca? —preguntó Vanessa, mirándole fijamente.
—Una vez. Y no funcionó.—
—¿Porqué?.—
—No es necesario que conozcas mi pasado, al igual que yo no necesito saber nada del tuyo.
Vanessa no discutió, consciente de que quizá tuviera razón. Cuanto más supiera de él, más difícil resultaría dejarlo llegado el momento. Como tantas otras mujeres, se había dejado atrapar por la poderosa combinación de masculinidad y misterio de Zac. Por su propia seguridad, tenía que mantener su corazón a salvo. De improviso, el sabio consejo de la señora Florence acudió a su memoria: «Hagas lo que hagas, no actúes como una
loca enamorada. Limítate a dejar claro que estás disponible y dispuesta... que estás ofreciendo placer sin ninguna responsabilidad.»
—Señor Efron —dijo en voz baja—, si le atraigo, no veo por qué no deberíamos actuar en consecuencia. Todo cuanto deseo es pasar una noche con usted.— La expresión de Zac no cambió, pero Nessa captó su sorpresa.
—¿Por qué? —preguntó el actor con voz queda—. ¿Por qué una chica como tú... se rebajaría a semejante cosa? —Como esperaba una contestación, deslizó los dedos bajo su barbilla y la obligó a levantar la cara. En los ojos de Zac brillaba un destello titilante, una nueva actitud defensiva que la intranquilizó. En un esfuerzo por ocultar sus pensamientos, dejó caer los párpados.
—Creo que me gustaría —afirmó Vanessa—. ¿No es razón suficiente?.—Se produjo un breve y desconcertante silencio.
—Mírame —murmuró el actor. Ella obedeció con lentitud. Zac buscó su mirada y sacudió la cabeza como si no estuviera dispuesto a aclarar un enigma tan poco divertido—. Nessa, eres una mala actriz. Me gustaría saber qué es lo que escondes, pero tengo otros problemas más importantes, en especial el que una cuarta parte de la compañía esté enferma. En cuanto el Capital recupere la normalidad, quiero que abandones el teatro. Te conseguiré otro empleo, uno mejor.
—Quiero quedarme.
—Créeme, es lo mejor para ambos —replicó Zac, aparentemente inconmovible.
Vanessa tragó saliva mientras la invadía una rabiosa oleada de decepción.
¿Y ahora qué? Se había ofrecido y no era aceptada. El sonido de la negativa de Zac repiqueteó en sus oídos hasta que la vergüenza y el enfado empezaron a consumirla. Sus manos se aferraron al vestido, arrugando el ligero y vaporoso tejido.
Qué tonta había sido! Había desperdiciado tanto tiempo fantaseando con él, con cosas que jamás ocurrirían. Ahora lo único que tenía era la conciencia de saber que su familia no tardaría en descubrir que se había ausentado del colegió.
Durante una fracción de segundo consideró la posibilidad de explicarle la situación a Zachary . No, no conseguiría despertar su compasión. «Cásate con Black y considérate rica», casi podía oírle decir con cinismo. A decir verdad, apenas estaba en condiciones de hacer otra cosa. Apretó los puños y se dirigió hacia la puerta con paso firme. No desperdiciaría el resto de sus días convirtiéndose en una propiedad de lord Black.
—Muy bien —dijo, deteniéndose en el umbral—. Dejaré el Capital cuando usted quiera. No es necesario que se moleste en buscarme otra colocación, soy perfectamente capaz de encontrar algo por mí misma. —Y salió sin darle tiempo a contestar……
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Espero que les aya gustado baii baii 

domingo, 3 de abril de 2011

CAPITULO 32:Because You Are Mine

Hahahaha,estaba bagando en la web y me encontre esta curiosa foto,se ve tan gracioso,haha bueno ya que termino lo de la obra y toda esa locura tengo dos semanas de vacasiones o bueno regreso este viernes pero es como si fueran dos,haha bueno como diria mi maestro de teatro quiu!...

Fuera como fuese, Vanessa se había introducido en su vida y le había obligado a fijarse en ella; y ya no había vuelta atrás posible. ….

Ahora que había rechazado la idea de llevársela a la cama, se había convertido en el más preciado objeto de deseo. A cualquier otra mujer en la que pensara parecía faltarle algo, y el darse cuenta de que, de manera inconsciente, buscaba que se parecieran a ella, le hacía enloquecer. No dejaba de pensar en qué pasa-ría si se perdiera dentro de la energía juvenil de la chica. Le había despertado el deseo de jugar, de experimentar algo de la niñez que no tuvo... Y eso era algo que ninguna otra amante había conseguido provocar en él. Se sentía peligroso e irritado, dispuesto a hacer añicos el escenario. Al oír el pie, cogió una botella que le daba el utilero y, sujetándola con soltura entre los dedos, entró en escena. Los otros actores habían hecho mutis, y sobre las tablas no había nadie a excepción de él y Vanessa.
En tanto, el viudo afligido, se suponía que estaba borracho. No era fácil interpretar bien la embriaguez, la mayoría de los actores tendían a sobreactuar o, aun peor, a no poner el énfasis suficiente. En un esfuerzo de concentración, Zac consiguió reproducir el hablar dificultoso, los ademanes expansivos y el caminar inestable del hombre que lleva bebiendo durante mucho tiempo. Se sentó en una gran silla de roble, ante un decorado que simulaba una biblioteca. Después de liberar su mente de todo lo demás, empezó un largo monólogo que mostraba la amarga ironía y la contenida desesperación del personaje.
En algún momento, mediado el monólogo, Zac sintió, más que ver, que Vanessa se le acercaba por detrás y posaba las pequeñas manos en el respaldo de la silla. De acuerdo con la obra, durante las pausas del actor, ella, inclinada sobre él, le hablaba con una dulce voz que descendía hasta sus oídos. Zac no se movió, febrilmente consciente del cuerpo de Nessa justo detrás de él, de su olor, de la respiración de la chica rozando su piel. Empezó a sudar. Uno de los largos rizos negros de Vanessa le cayó sobre el hombro y le hizo cosquillas en el cuello, provocándole una dolorosa presión en la entrepierna. Petrificado, todo su ser se consumía en deseo y lujuria. Zac no pudo aguantar más y, al igual que Lucas , se vino abajo a mitad de frase... Sólo que a él no le hizo reír.
El teatro se quedó en silencio. Zac intentó recobrar la serenidad, consciente de que todos, actores y personal, le contemplaban. Quizá pensaran que había olvidado lo que tenía que decir aunque tal cosa no hubiera ocurrido jamás, y pidió a Dios que nadie sospechara la verdad... Que estaba desatado por completo debido a una ingenua chiquilla. Apretó los dientes y tomó aire profunda y regularmente varias veces.
—Señor Efron. —Le llegó la voz dubitativa de Vanessa tras él—. Si quiere, le digo la frase...
—Me sé la puta frase —dijo, tensando la espalda. ¡Dios le asistiera! Tenía miedo de lo que podía llegar a hacer si la miraba una vez más.—
—¿Algún problema Efron? —le preguntó Ash desde los asientos del público.
Zac le respondió con una mirada asesina, y sintió el vivo deseo de estrangular a su codirectora por ponerlo en semejante aprieto. Ash, completamente desconcertada, se le quedó mirando con las cejas arqueadas. El inquieto desasosiego de Zac la hizo reflexionar, mientras su mirada saltaba del actor a Vanessa, que permanecía justo detrás de él. Entonces, pareció entenderlo. Eran amigos desde hacía mucho tiempo y le conocía muy bien.
—¿Qué tal si descansamos unos minutos? —preguntó
—No —musitó Zac—. Acabaremos la maldita escena.
Se dio un golpe en la frente y reanudó el monólogo, empezando más o menos por la mitad del mismo. Vanessa siguió adelante, aunque con un deje de incertidumbre en la voz. Sin preocuparse de la técnica, la caracterización o cualquier otro matiz interpretativo, Zac se las arregló para terminar la escena. Ash dejó que transcurriera la actuación sin hacer comentario alguno, en tanto que las cavilaciones le arrugaban el entrecejo.
En cuanto terminó la escena, Ash anunció un descanso de veinte minutos. La compañía se dispersó de inmediato, dirigiéndose a la sala de descanso en busca de un refrigerio o a los camerinos. Zac permaneció en la silla del escenario, dando la espalda a Vanessa, hasta que sintió que se había ido. Con tranquilidad, Ash se dirigió hasta el borde del escenario frotándose la espalda.
—Zac —dijo en voz baja—, no quisiera entrometerme...
—Entonces no lo hagas. —Recorrió el escenario hasta plantarse a pocos centímetros de ella y la miró. Antes de continuar, Ash se aseguró de que no hubiera nadie lo bastante cerca como para escuchar; eligió las palabras con evidente cuidado.
—Sospechaba que tú y Nessa os sentíais atraídos, pero no es el tipo de chica que te ha interesado hasta ahora ni con toda seguridad, con el que has soñado alguna vez.
—¿Qué estás tratando de decir? .— Ash pareció sorprendida por su brusquedad.

—Da la casualidad de que me gusta Nessa, y espero que no te aproveches de ella. Ambos sabemos que jamás se recuperaría de una aventura contigo. No está lo bastante endurecida.— Zac sintió que su cara adquiría una consistencia pétrea.
—Lo que haga o deje de hacer con ella es asunto mío.
—El bienestar de Vanessa también me concierne. Al parecer me veo obligada a recordarte tu inexcusable norma de no implicarte emocionalmente con ningún miembro de la compañía.
—Es tu empleada, no la mía. No la contraté yo y, por tanto, soy libre de hacer lo que me dé la real gana con ella.
—Zac —le recriminó contrariada, observando cómo se alejaba.—
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Vanessa deambulaba por la sala de descanso, respondiendo con una lánguida sonrisa a los elogios que, por sus esfuerzos, le dirigían los demás actores.
—¿Qué le pasa al señor Efron? —oyó decir a alguien de pasada—. De un tiempo a esta parte se comporta de una manera extraña.
—¿Quién sabe? —se oyó responder—. Sólo espero que no sea la maldita fiebre que corre por ahí. Lo único que le falta a la compañía es que el señor Efron la esté incubando.
Vanessa, camino de los cuartos de ensayo, no captó el resto de la conversación. Necesitaba encontrar un sitio donde pensar. ¿Qué había ocurrido en el escenario? Había creído que todo iba bien, incluso había sentido una especie de conexión con el señor Efron, pero la actuación de éste se había vuelto acartonada, extrañamente mecánica, como si apenas pudiera soportar su presencia. Estaba a punto de echarse a llorar... y quería esconderse en alguna parte.

Oyó unos pasos rápidos a su espalda. Alguien la agarró con fuerza del brazo y la hizo entrar en el cuarto de ensayo más próximo. Vanessa dio un pequeño traspié y, en el momento en que la puerta se cerraba, se volvió y miró con los ojos como platos a su captor.
—Señor Efron...
La cara del actor se mantenía en la sombra; Su respiración era fuerte y agitada. Vanessa retrocedió, pero él la aferró con extraordinaria brusquedad, cerrando las manos alrededor de la cabeza de la chica. Dio la impresión de intentar decir algo. Entonces, con un sordo gemido de impotencia, la besó. La boca, increíblemente caliente, casi torpe en su urgencia, la exploró insatisfecha, como intentando saciar un hambre infinita. Vanessa, sorprendida y temblorosa, respondió a la agresión con una entrega que sólo contribuyó a aumentar la excitación.
Le abrió los labios e introdujo la lengua apoderándose de la de ella, acariciándosela de de una manera que le provocaba estremecimientos por toda la columna. Ella respondió a su petición abriendo más la boca, introduciéndolo más, mientras sus lenguas se saboreaban, acariciaban, fusionaban y retiraban, para volver a comenzar…….



Espero que les aya gustado el capitulo ay ese efron porque no admites de una vez por todas que te gusta la morena? hahaha bueno me voy a ver HSM2 amo esa pelicula me trae tantos recuerdos...bueno bye