martes, 21 de diciembre de 2010

CAPITULO 27: Because You Are Mine


Con respecto a los rumores que han corrido sobre la supuesta separacion,aun no lo cre del todo cierto,solo tengo esa pequeña duda cuando le preguntaron a vanessa en su fiesta sobre zac y ella dijo "estamos bien",que significado tiene?,como amigos,como pareja,....que diablos quiere decir!!!!!,basta de drama,al grano XD......

—Y no me voy a disculpar por esto —dijo cortante—. He tenido la tentación de hacer algo peor, créame.—

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El inexplicable enfado de Efron pareció durar el resto de la mañana, y continuó durante los ensayos. A pesar de ayudar a los actores en la lectura de sus papeles, Vanessa seguía irritada, e hizo lo posible por no mirar a su jefe. Con gran enojo, pensó que el señor Efron solía hablarle mal con más frecuencia que a los demás, algo que ya era evidente para todos los miembros de la compañía. De hecho, todo el personal, desde los trabajadores hasta los actores, se desvivían por mostrarle su solidaridad y simpatía. Cuando se cruzaba con ellos, le dirigían en voz baja palabras de ánimo y hacían todo lo posible por mostrarle su agradecimiento por ayudarles en los ensayos.
—Nessa se sabe mi papel mejor que yo —recalcó Arlyss, de pie en mitad del escenario, sin dirigirse a nadie en particular—. Es la mejor apuntadora que he tenido jamás.
—Sí que lo es —corroboró Corbin Bleu en voz baja—. Y resulta increíble que tenga tiempo para estudiar la obra, teniendo en cuenta que siempre está haciendo recados para todo el mundo. Ash sonrió y, cuando Vanessa se sentó junto a ella en la primera fila de butacas, le dio una palmadita en el hombro.
—Nessa tiene la energía de diez personas. Incómoda, Vanessa se ruborizó.
—Perdónenme —surgió la voz cortante de Zachary Efron desde el escenario— pero tenía la impresión de que estábamos llevando a cabo un ensayo. —Sentado en un sillón frente a un juego de bastidores, hacía rodar una botella de whisky entre sus enormes manos—. ¿Podemos proseguir?—preguntó .
—Tan pronto como averigüe cuál es mi frase —contestó Arlyss dulcemente.
—Señorita Montez, dígale la maldita frase —ordenó Zac, fulminándola con la mirada.
El desagrado de la compañía no pasó desapercibido para Zac, que se tomó con cierto sarcasmo que todo el mundo protegiera a la chica y le mirara como si fuera un matón. Al diablo con todos. Había levantado aquel teatro y trataría a sus empleados como considerase oportuno. Más tarde, Ash se acercó a su despacho. Las cejas arqueadas revelaban su inquietud.
—Me he enterado de lo que ha ocurrido entre Nessa y tú esta mañana —señaló—. ¿No crees que estás siendo muy duro con ella?
—Tienes razón —contestó un Zac sarcástico—. La próxima vez que se presente voluntaria para poner en peligro su vida, no intervendré.
—No se trata de eso —dijo Ash—. Por amor de Dios, Zac, sé cuánto proteges a tus empleados y entiendo por qué te has enfadado con ella esta mañana. Lo que no entiendo es la agresividad con la que la tratas de forma permanente. Está siempre a tu entera disposición, y lo cierto es que es más tu ayudante que la mía. Desde que está ella, el Capital funciona mucho mejor. Deberías estar contento con Vanessa y, sin embargo, siempre que está cerca actúas como un niño.
—Ya es suficiente, Ash —contestó Zac, mirándola furioso.
—Lo lamento —contestó Ashley, y de inmediato suavizó el tono de su voz—. Lo que sucede es que no eres el mismo de un tiempo a esta parte. Me preocupas.
—En primer lugar, si no hubieras contratado a la chica ahora no habría ninguna necesidad de preocuparse por nada.—Ash se le quedó mirando con creciente asombro.
—Estoy empezando a creer que Vanessa no te disgusta en absoluto. Me pregunto si el problema no será más bien lo contrario. Casi todos los varones del Capital están convencidos de que están enamorados de ella. ¿No será que tienes miedo de enamorarte tú también?—Zac disimuló un repentino destello de indignación detrás de una mirada de sarcasmo.
—De todas las ideas absurdas que he oído en mi vida...
—Estoy en lo cierto —le interrumpió Ash, mirándolo con entusiasmo—. Estás luchando contra la atracción que sientes por ella. ¿Por qué no admitirlo?
—No tengo tiempo para discutir tus descabelladas teorías —murmuró Zac—. Si no te importa dejarme... Tengo trabajo que hacer. Ash no se movió.
—Sé que estás convencido de que puedes controlar las emociones a tu antojo, gobernar siempre el corazón y nunca al revés. Pero las emociones son terriblemente inoportunas, Zac... Nunca se comportan como uno desearía.
—Vete al infierno —replicó Zac y salió del despacho prácticamente corriendo.
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Una vez concluido el ensayo, cuando todo el mundo se había ido del escenario, Vanessa se puso a barrer el suelo con gran energía, provocando una nube de polvo que bailaba alrededor de sus rodillas.
—Arrogante... Desagradecido... Tirano —iba murmurando, aireando su enfado a golpe de escoba. Cuando terminó de barrer el escenario, se detuvo cerca de un paquete de lona mal envuelto, que contenía las cosas utilizadas para los ensayos, entre ellas espadas. Se inclinó, extrajo una de las espadas y la agarró por la empuñadura. Era ligera y bien equilibrada, y cuando la agitó en el aire, la hoja silbó. Encontrándolo divertido, Vanessa intentó imitar algunos de los movimientos que había visto aquella mañana, entrando a fondo y tirando estocadas. «Toma ésta... y ésta...», decía mientras acometía a un imaginario señor Efron.
—Parece como si estuviera matando moscas —dijo una voz burlona desde algún lugar cercano.—
Sobresaltada, Vanessa vio surgir a Zachary, y deseó que se la tragara el suelo del escenario. ¿Por qué tenía que ser él quien la sorprendiera haciendo el ridículo? Esperó a que hiciera algún comentario que le provocara una humillación eterna... pero los ojos azules de Efron brillaban divertidos.
—¿A quien intentaba ensartar? —preguntó, y la forma de sonreír reveló que sabía muy bien cuál era la identidad del invisible oponente de la muchacha. Como no reaccionaba, la sorprendió cogiéndola de la muñeca con delicadeza.
A Nessa le pareció que tenía la mano muy caliente.

—Así, ésta es la forma de asirla correctamente. No apriete tanto. —Haciendo presión con los dedos, ajustó la posición de los de Vanessa. Ésta intentó relajarse, pero no le resultó fácil: aquella cercanía hacía que su pulso corriera como un caballo desbocado.
«Fíjese en la posición de mis pies —continuó Zac— y mantenga las rodillas ligeramente flexionadas. Vanessa se arriesgó a mirarlo. Él tenía el pelo alborotado, como si hubiera estado mesándose los cabellos como un loco, y deseo acariciar aquellos espesos mechones dorados.
—Se pasa la vida dirigiendo, ¿no?
—No es la primera mujer que me acusa de lo mismo —replicó con ironía, y empujó la espada hasta situarla en el ángulo adecuado—. Ahora entre a fondo con el pie derecho, doble la rodilla y lance la espada... sí, justo de esta manera. Pocas veces he visto un movimiento tan digno de un escenario. Estaba tan cerca que Vanessa pudo apreciar la finura de su piel; los matices de sus ojos y la firmeza de sus musculos.
—Señor Efron, comprendo las razones que le han llevado a ser tan duro conmigo antes —le dijo.
—¿Ah, sí? —Arqueó las cejas, sarcástico.
—Estaba preocupado por mi seguridad y eso provocó que perdiera los estribos. Le perdono. —-Antes de que pudiera reaccionar, Vanessa apretó la boca contra su mejilla notando un cosquilleo en los labios al rozar la suave y perfumada mandíbula.
Zac tensó todo el cuerpo. Vanessa se retiró, y aguardó con temor la reacción. La cara del actor era una máscara blanca. Incómoda, se inclinó para depositar la espada en el suelo y se irguió para mirarlo.

—¿Ha sido esto... digno de un escenario? —preguntó. Efron, con una extraña expresión en el rostro, tardó un eternidad en contestar.
—No lo suficiente —dijo por fin.
—¿Por qué no?
—Le estaba dando la espalda al público. Si estuviéramos representando una obra, tendría que haberse girado así.
Empezó a moverse hacia ella, se detuvo y, por último, cogió a Vanessa por los brazos. Con suavidad, casi rozó el hombro de la chica con los dedos y, luego, los deslizó hasta la garganta y la mandíbula.
—Debe mostrar las emociones con la posición y el ángulo de la cabeza... —Con sumo cuidado, le bajó un poco la barbilla.–»Si tuviera sentimientos encontrados sobre el beso, debería mantener la cabeza en esta posición, y podría colocar las manos en mis hombros, como SÍ estuviera considerando rechazarme.
Vanessa obedeció con un ligero temblor de manos al apoyar las palmas contra la dura superficie de aquel cuerpo que se elevaba ante ella. Siendo mucho más alto, los hombros de Zac se erguían, imponentes, por encima de Vanessa, en tanto que la barbilla casi rozaba la parte superior de su cabeza.
—Si quisiera el beso —prosiguió— debería levantar un poco la barbilla... acercarse un poco más. —Si quisiera el beso —prosiguió— debería levantar un poco la barbilla... acercarse un poco más. —Calló cuando Vanessa le deslizó los brazos alrededor del cuello, la pequeña mano tocándole la nuca. Un velo de sudor cubrió la frente del actor.
—Nessa... —dijo con evidente dificultad—. No sabe lo que me está pidiendo.
Vanessa flexiono los dedos contra el pecho de Zac y agarró su camisa.
—Sí, sí que lo sé. —Tragó saliva con dificultad y se alzó sobre la punta de los pies, estirándose al máximo para llegar hasta él…….

1 comentario:

  1. amo la nove esta super
    cool uuuu
    beso beso beso
    y si tienes razon Vanessa
    me deja intrigada y zac
    no dice nada mmm me
    muero del miedo jijiji
    esta super
    siguela
    bye
    :)

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