—Entonces, lo harás —le aseguró Ashley—, a menos que el señor Efron pueda aducir una muy buena razón para lo contrario... Algo que, supongo, será bastante improbable…..
Zac, de pie en la parte trasera de la carpintería del teatro Capital, estudiaba con detenimiento la nueva escenografia.
—Nunca los habíamos hecho tan grandes —comentó a los dos carpinteros.
Zac alargó la ancha mano y agarró una de las vigas de madera para comprobar su solidez.
—Sería mejor que engancharas el bastidor trasero a un listón de madera y lo atornillaras al suelo. No quiero correr el riesgo de que caiga sobre alguien. Es una pieza tremendamente pesada.
Apartándose de los bastidores dobles, Zac se tiró del flequillo con mirada ausente.
—Veamos cómo cae el primero —dijo.
—Muy bien, señor Efron —contestó el ayudante con cierto recelo—. Aunque debo advertirle que todavía no he probado el mecanismo.
—Ahora es tan buen momento como cualquier otro.
—Bajen el delantero —ordenó Robbie, y los ayudantes empezaron a dejar caer el primer decorado.
Por el rabillo del ojo, Zac vio entrar a alguien en el taller. Se trataba de una chica delgada, que llevaba consigo una escoba, un recogedor y un sacudidor del polvo hecho de tiras de trapo. «La chica nueva», se dijo Zac con una punzada de irritación. Vanessa no parecía haberse dado cuenta de la demostración que se estaba llevando a cabo... y se dirigía di¬rectamente hacia el lugar donde habría de caer la pesada escenografia.
—¡Cuidado, imbécil! —exclamó Zac con brusquedad. Vanessa se detuvo y se lo quedó mirando, aturdida, con ojos de cervatillo, mientras la estructura de madera se desplomaba sobre ella.
De inmediato, Zac se abalanzó hacia delante, la agarró y se giró para protegerla con su cuerpo. El pesado bastidor cayó sobre el hombro herido del actor, provocándole un dolor tan intenso que le hizo tambalearse y blasfemar.
Durante un momento se quedó sin respiración; como buenamente pudo, consiguió no perder el equilibrio. Apenas se dio cuenta de que Robbie y los otros salían disparados para levantar y retirar el bastidor, mientras la chica se apartaba de él.
—Señor Efron —preguntó confundida—, ¿está usted bien? Lo siento muchísimo.
Zac sacudió ligeramente la cabeza, la cara blanca, intentando por todos los medios reprimir una irrefrenable náusea; no tenía la intención de pasar la vergüenza de echar a perder el almuerzo en mitad de la carpintería. Siempre consciente de su imagen de autoridad, nunca se ponía enfermo ni mostraba debilidad o indecisión ante sus empleados.
—¡Dios mío, su hombro! —exclamó Vanessa sin poder apartar la mirada de la camisa del actor, donde empezaban a aparecer algunas manchas de sangre a causa de la abertura de la herida—. ¿Puedo hacer algo?
—Sí... alejarse de mí —murmuró Zac una vez ganada la batalla contra la náusea. Tras una profunda y revitalizadora bocanada de aire, añadió—: ¿Qué demonios hace aquí?
—Venía a barrer las virutas y trozos de madera y a limpiar las herramientas de los carpinteros y... ¿hay algo que quiera que haga, señor?
—¡Fuera! —vociferó Zac con el ceño fruncido y el rostro endurecido—. ¡Antes de que la estrangule!
—Sí, señor —contestó, sumisa,
Vanessa.
Con toda probabilidad, cualquier otra chica en su situación habría roto a llorar. Aunque a regañadientes, Zac no tuvo más remedio que reconocer su entereza. En el Capital, todo el mundo temía sus arranques de furia, e incluso Ash le evitaba cuando estaba de un humor de perros.
Vanessa lanzó una mirada de disculpa hacia Robbie.
—Lo siento señor Cleary. Volveré más tarde para barrer.
—No te preocupes, muchacha. —El carpintero jefe esperó a que Vanessa se fuera antes de volverse hacia Zac—. Señor Efron —dijo a modo de reproche—, estoy seguro de que no era necesario hablar a la muchacha de esa forma. Sólo intentaba ayudar.
—Es un desastre con patas.
—Pero señor Efron —terció Jeff, el aprendiz—, Nessa sólo parece tener accidentes cuando usted está cerca. El resto del tiempo lo hace todo muy bien.
—No me importa. —Zac mantenía la mano sobre el hombro, que le ardía como el fuego. Le dolía la cabeza; parecía estar a punto de estallarle—. La quiero fuera de aquí —murmuró, y abandonó el taller con paso decidido…..
awwww!!
ResponderEliminarno q malvado
efron pero me
encanta tu nove
esta super genial
jeje
siguela
bye
Hola nena!
ResponderEliminarWoww que lindo quedo la imagen del blog!
Yaaa la tiienes que seguir,... porfis no nos castiguessss!!!
Plizzz Siguelaaaa!!!
Cdt! TKM Y
CAPI
CAPI
CAPI
CAPIIIIIIIIIII!!!!!!!!!!
que linda nove seguila!!!
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